5 de diciembre de 2013

Caminar a pie torcido

El camino de cada uno es único. Mayormente es largo, y nunca es fácil. Las personas caminamos por las veredas de la vida pensando en cada momento que nuestro camino está lleno de piedras y que el de los demás en una preciosa avenida ajardinada. Pero al final, todos caminamos senderos tortuosos. Y además, nos gusta. Porque si no fueran tortuosos, no tendrían nada de interesantes.

Como los senderos son tortuosos, caemos a cada paso. A veces nos quedamos sentados un rato, a veces ni siquiera llegamos a tocar el suelo... Pero al final, siempre caminamos a pie torcido por una vida que te deja huella, que te duele, pero que sobre todo merece la pena.

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