22 de diciembre de 2013

Amanecer




Es difícil que podamos pararnos a ver amanecer. Si es que estamos despiertos a la hora que amanece, lo cual no es tan improbable estos días, solemos estar demasiado atareados para pararnos ante el amanecer.
Por eso, el amanecer es un momento de magia que solemos ignorar.

Como casi todas las cosas en la vida, el amanecer llega poco a poco. Las estrellas palidecen y el cielo se llena de una luminosidad única, mucho antes de que el sol salga realmente. Esa hermosura puede llamarse anunciación, si se quiere. Es Aurora, es Zorya Utrenyaya, quien abre las puertas de la mañana para el sol. Las imágenes son muchas, pero el amanecer es único.

Lo que estamos viviendo, lo que estamos celebrando ahora, es este momento de amanecer.

La fiesta tiene muchas otras facetas, muchas lecciones, como las tiene la vida, el invierno, el frio, el fuego, el petirrojo y el gorrión, el acebo y el tronco. Pero, si somos sencillos, no debemos olvidar el amanecer.

19 de diciembre de 2013

Friki

Tengo un par de anécdotas donde se menosprecia a un pagano por ser friki.
 La primera en el tiempo fue hace muchos años. Un pagano decía de otro que estaba empezando en una tradición distinta a la suya más o menos lo siguiente: "Ese no es pagano ni nada. Ese lo que es es un friki, y por eso le va ese rollo, que se parece a sus miniaturas y sus cosas".
La siguiente, más cercana en el tiempo me afecta directamente. Me comentaba una amiga que no veía factible presentarme en un cierto grupo porque otra persona en ese grupo había dicho muy claro que no quería saber nada de mi porque soy "una friki". Obviamente, mi respuesta a eso es... Sí, soy una friki. Y... ¿dónde está el problema?

Así que he decidido hacer una lista de características de un friki (de un buen friki) que deberían ser importantes para los paganos.


  • Imaginación viva. Todo friki tiene que tener una gran imaginación y un porcentaje de pensamiento mágico. Si no, el frikismo pierde su gracia.
  • Visualización creativa: Una mente rápida y capacidad para ver con la mente cosas que no puede ver con los ojos. Primordial para disfrutar una lectura de fantasía, un juego de rol... Y una gran ventaja para algunas actividades mágicas, meditación etc.
  • Empatía: Todo friki ha vivido muchísimas vidas. Se ha puesto en la piel de muchas personas y puede anticipar la reacciones de personajes arquetipicos, porque ha sido ellos.
  • Curiosidad: Nadie que carezca de curiosidad se hace friki. El friki es alguien inquieto por naturaleza, que no teme meterse de cabeza en el dungeon o en la cultura que sea.
  • No temen leer, investigar y poner en practica: ¿Habeis ido alguna vez a una librería friki? Allí no encuentras solo "libros para frikis". También hay muchos libros interesantes que los frikis usan para dar realismo a sus cosas. Conozco frikis que se han hecho expertos en bushido, han aprendido ogham o runas y cosas similares para ambientar una partida de rol. No temen investigar y tomar para sí lo que les resulta útil. No se amedrentan frente a enormes tochos sobre cualquier tema.
  • Atención al detalle: Un friki presta atención a los detalles. Un color, un pequeño símbolo, o cualquier otra cosa puede cambiar la naturaleza de un objeto en un juego (o en una colección de ediciones limitadas). Y por lo tanto el friki puede distinguir una flor de otra, un mito de otro... de una forma natural.
  • Capacidad de entrar en mundos con otras normas: Cada vez que un friki se adentra en un mundo de fantasía acepta que las normas normales están en suspenso y que debe adoptar otras nuevas. Más aún cuando el mundo gira en torno a cosas como hombres lobo, hadas, espíritus... El friki va y viene de estos mundos sin más trauma.
  • Tendencia al relativismo: Un friki esta acostumbrado a separar la vida cotidiana de la vida de cada uno de sus personajes. Lo que pasa en la mesa de juego queda en la mesa de juego. Lo que pasa en el círculo debería quedar en el círculo.
  • Experiencia en sistemas mágicos: En teoría y práctica, un friki ha explorado una multitud de sistemas mágicos. Y lo ha hecho sin preconcepciones o prejuicios.
  • Experiencia en práctica y teoría sobre el honor, el amor, el poder: El friki ha sido de todo. Sabe lo que es el poder, el liderazgo, el honor, la lealtad... Ha explorado sus múltiples caras. Y si es un poco cuidadoso, puede saber exportar la experiencia a la vida real.

¿Que quiero decir con todo esto? Nada. Y también todo.
Simplemente... No menosprecies a los frikis.

17 de diciembre de 2013

El derecho a cambiar de opinión

El camino es largo y muchas veces, retorcido. Y cuando miramos atrás, a veces, podemos ver cuánto hemos cambiado. Y al mismo tiempo, cómo seguimos siendo nosotros mismos.

Hace no demasiado leí en un grupo facebook unas palabras muy duras dirigidas a una persona que en su devenir, había cambiado de tradición. Los mensajes eran directamente insultantes, y en grupos en los que se supone que todos somos caminantes, llegan directamente a la linea de flote del sentido del paganismo de cada uno. Eso es triste, muy triste. Durante mucho tiempo he estado en grupos en los que personas de religiones muy distintas trabajan para llegar a posiciones de encuentro desde el respeto más absoluto. Es un ejercicio muy enriquecedor. Y ver que en eso fallamos entre tradiciones que están mucho más cerca de lo que a veces nos gusta reconocer es sorprendente.

Nos cuesta mucho a veces reconocer que el camino de cada uno es único. Saber que a veces, aunque vayamos hacia el norte, tenemos que caminar hacia el sur. Que bajamos para subir, y que la senda directa puede conllevar un desvío. O varios. Nos cuesta aceptar que tenemos derecho a cambiar de opinión y eso no nos hace menos auténticos. Que todos los caminos dan vueltas.

Los pasos que hemos andado nos marcan, y nunca se superan. Cada una de las experiencias forman parte de lo que somos. Intimamente, el camino nos construye a cada paso. Aunque cuando comenzamos a caminar ya fueramos enteros a pesar de ignorarlo. Porque el caminar es vivir, y vivir conscientemente.

Se dice de la gente que cambia de opinión que es infiel, traidor, desleal. Pero ese es el juicio más apresurado e injusto que el ajeno puede emitir. Un juicio basado en que cambiar de opinión no es un derecho. Que no puede haber revelación, maduración o evolución. Sin embargo, un cambio de opinión puede ser la única opción para el caminante. La fidelidad se resume entonces en coherencia, y por lo tanto, la primera fidelidad es para con el propio camino. Y el camino no se comparte. No en su totalidad. Si aquellos que están cerca de uno en un momento dado son fieles para consigo mismos, entonces la coherencia les resulta fidelidad. Sin revuelo en las revueltas y recodos las veredas se separan y se aúnan, y eso es suficiente.

Sin embargo cuando nos reclaman fidelidad, lo que nos piden es que atemos una cadena corta a una roca, y nunca nos preguntemos si el camino sigue más allá de la largura de la cadena. Nos piden que seamos ciegos espirituales, y que dejemos de buscar.

Y no digo que no haya quien esté realmente a gusto y sea completo en su camino que no deja nunca de estar bien cerca de una roca concreta. Pero en ese caso, es que la búsqueda le guía a la roca, no es la roca la que delimita la búsqueda. Y aunque la cadena y lo ya hollado pueda parecer seguro y hermoso, tenemos que seguir preguntándonos si es coherente y leal para nosotros. A veces, encadenarnos por una idea perversa de la lealtad, del aprendizaje o del camino es sólo el paso previo a la tortura del alma. A veces, deberíamos preguntarnos antes de cerrar las cadenas, o de dejar de luchar por liberarnos, cuánto tardará el águila en venir a devorarnos.

Es bueno que los caminos se internen en lo salvaje, aunque parezca arriesgado. Porque es allí donde más tenemos que aprender. Y no aprender puede ser la opción dolorosa.


13 de diciembre de 2013

Aprendiendo brujería

Estoy viendo la película "La bruja novata" (Bedknobs and broomsticks). Supongo que todo el mundo la ha visto al menos una vez en la vida, porque es una producción Disney de los años 70, con todos los ingredientes que se le suponen a este tipo de producciones: mezcla de animación e imagen real, números musicales y cortinillas psicodélicas. Y por que la pasan por televisión con relativa frecuencia.

Por si acaso alguien no la ha visto, el argumento es el que sigue: "La señora Eglantine Price trabaja para un museo que está acogiendo a niños y niñas para protegerlos de los bombardeos de 1940. Es por ello que se trasladarán a su casa tres hermanos huérfanos. Lo que ellos no imaginan es que la señora Price es, en realidad, una bruja. . Cuando la academia de magia a la que asistió Price debe cerrar debido a la guerra, la bruja y los hermanos Rawlins, junto al director de la academ ia, el señor Emilius Browne, deciden utilizar la magia para finalizar con la contienda. Desde Portobello roadhasta la isla ficticia de Naboombu, el grupo vivirá todo tipo de aventuras, incluido un partido de fútbol cuyos jugadores son dibujos animados. Todo ello para derrotar a los nazis y traer consigo la paz."

Bien, la protagonista femenina (adulta) de la cinta es una mujer que está aprendiendo brujería comodamente en casa con un curso por correspondencia. Con cada lección le vienen algunos conjuros y otros elementos clásicos de toda bruja, como el higado de dragón envenenado o la escoba. Mis dudas si al gato negro también se lo mandaron o lo consiguió ella por su cuenta.

¿Os imagináis que aprender brujería y paganismo fuese así de sencillo? Yo sería seguro esta mujer:

"Mi primera escoba de bruja".  Regalo de fin de curso para celebrar el título de aprendiz de bruja

Lamentablemente, nada en esta vida es tan sencillo. La brujería, el paganismo, son procesos mucho más que algo que podamos memorizar. No pueden ser enseñados en lecciones por correspondencia. Para empezar, nunca se termina de aprender. Así que el curso sería eterno.

En muchas tradiciones brujeriles, como en muchas tradiciones Wicca, existe un entrenamiento. En algunas hay lecciones que aprender y se rinden exámenes incluso. Pero se trata de una forma de exigir algo básico que es imposible de conseguir en un "cursillo por correspondencia": compromiso. Y en todas ellas se destaca siempre que estos caminos son vivenciales. No se aprenden tanto como se aprehenden. Y al final el objetivo del entrenamiento es que uno sea completo, independiente y capaz.

Lo verdaderamente triste es que en realidad mucha gente espera ese cursillo por correspondencia. Ese gurú que le de la lección y un título después...  Y forma parte del aprendizaje el saber que eso jamás ocurrirá realmente. O, si ocurre, que no será genuino.

Así que, a los brujos novatos o no tan novatos: olvidemonos de lo fácil, y trabajemos duramente. Habrá que despedirse de "mecerse así, moverme yo, en el fondo misterioso del mar feliz".



11 de diciembre de 2013

Autoestima

Tenía pensada otra orientación para esta entrada, algo mucho más personal. Pero sinceramente creo que en este momento de mi camino una visión un poco más amplia es necesaria.

A lo largo de los años he ido observando una curiosidad entre los paganos. Es muy habitual que seamos gente que lo hemos pasado mal en el ámbito social. Es algo que normalmente no nos paramos a pensar, pero que por acumulación de información sin sentido, acaba calándote. El porcentaje de personas que ahora somos paganas y en el pasado hemos sufrido rechazo, bullying u otro tipo de acoso... es muy elevado. También lo es la incidencia de trastornos derivados de una autoestima desequilibrada: trastornos de la alimentación y la auto imagen, ansiedad y jaquecas somáticas, etc.

El amplio mundo del paganismo tiene algunas ventajas para personas inseguras y con baja autoestima.

Primero, el pagano tiene el bendito recurso de la magia. Más allá de su funcionamiento, su teoría o su propia definición, la magia nos da la sensación de que tenemos control sobre nuestro entorno. Esto puede ser extremadamente incierto. Pero ayuda. Recuerdo a una chica que tenía muchos problemas con una empresa familiar. Estaban a punto de perderlo todo. Y ella... recurría a la devoción a cierta deidad concreta para sentirse por un lado segura y por el otro poderosa a pesar de su situación de indefensión.

Segundo, el nuevo pagano tiene de pronto una identidad que le hace sentirse especial. Algo sobre lo que apoyar firmemente los pies y a partir de lo cual reconstruir una autoestima que estaba basada en otros aspectos que parecían menos sólidos. Esto tampoco es cierto, el ser pagano no implica demasiado a nivel de la construcción de la autoimagen y la autoestima. Pero, de nuevo, ayuda. Especialmente si eres muy joven o si todo lo demás te está fallando.

Tercero: el grupo de pares. De pronto, la persona que hasta el momento se sentía sola, desamparada y despreciable se encuentra con un grupo (probablemente lejano) que le acepta, le da la bienvenida y le muestra estima. Con el tiempo, al adquirir "saber", puede encontrar en el grupo de pares otros beneficios además de "perfecto amor", como respeto, admiración, apoyo absoluto etc. Esto puede ayudar a la construcción de una mejor autoestima. O al menos puede dar la opción de pensar que en algún lugar me quieren". Lo cual no deja de tener sus peligros, ya que es la base con la que trabajan los manipuladores o las sectas. Tendríamos que preguntarnos cuantas veces el "amor incondicional"  es realmente incondicional, o simplemente es un juego social y por tanto un falso amor.

Todo lo anterior es un autoengaño. Un recurso falso. Y también es (estadísticamente,  y todos sabemos que las estadísticas son sólo mentiras) una parte importante de por qué muchos de nosotros nos interesamos en el paganismo en primera instancia. Cualquiera que se quede ahí, no superará sus problemas, no se conocerá en absoluto a sí mismo y no dejará nunca de basar su autoestima exclusivamente en el feedback recibido de su entorno. Y eso da pie a desmoronamientos catastróficos.

Como paganos, muchas veces estamos al margen de la realidad. Nuestros cultos y nuestras experiencias no pueden ser medidas desde el exterior, desde una perspectiva científica. Lo que hacemos no puede definirse como "real" dentro de la mentalidad general. Por eso, necesitamos seguridad en nosotros mismos. Y esta seguridad debe estar cimentada en una autoestima saludable. Una autoestima que no pueda desmoronarse en un solo segundo con un gesto o con la falta de este. Una autoestima que sea tranquila y estable.

La autoestima, como herramienta básica para el pagano y de forma general para cualquiera, debería construirse siempre desde el interior. Su construcción debería ser pues un ejercicio consciente de autoconocimiento y autoaceptación, desde el mismo centro del ser, ayudándonos a crecer en todas las facetas de la vida.

... Y para esto, también puede ser de ayuda el paganismo.


10 de diciembre de 2013

La palabra correcta

E lenguaje puede ser al mismo tiempo nuestro mejor aliado y nuestro peor enemigo. Cuando hablamos de cosas que son susceptibles de ser polémicas, esto es mucho más cierto que en casos comunes. Pero a todos nos ha pasado usar una palabra en un contexto inadecuado, o con una acepción que otro no ha entendido. Todos hemos vivido en un momento y otro un lío por un malentendido.

Por eso llevo mucho tiempo preocupada por la definición de los términos. Cuáles usar, dónde usarlos... Y la verdad, aún no he llegado a ninguna conclusión. El lenguaje es algo fluido, dinámico, y el entendimiento depende tanto de emisor como de receptor. En resumen, que es complicado.

Los paganos llevamos usando ciertas palabras un periodo de tiempo muy corto, y hemos dado significados nuevos a algunas, reclamado otras y obviado unas cuantas. Eso complica las cosas un poquito más.

Ni siquiera nos ponemos de acuerdo en qué significa y a qué  nos referimos con la palabra "pagano". Hace ya bastantes años una persona a la que tengo muchísimo aprecio en una conversación informal y humorísiticamente que si ciertas personas se empezaban a llamar paganos, sentía la tentación de buscar otra palabra para autodefinirse. Hasta ese punto podemos estar en desacuerdo unos con otros con lo que significa o no una palabra. Y de las sencillas.

En qué líos podemos meternos con el uso de otras palabras como "chakra", "deva", "karma", "ángel"... o incluso con "elemento", "elemental", "esotérico", "energía" o "bruja". Algunas son palabras extranjeras, que pertenecen a otras culturas y sistemas de creencias y cuya adaptación a occidente es problemática. Otras llevan bastante tiempo en occidente, y tienen unos significados muy arraigados en la cultura que intentamos cambiar. Otras, simplemente tienen un significado distinto para mi del que tienen para otras personas.

Muchas veces yo utilizo estas palabras como una forma de acortar otras largas explicaciones. De ahorrarme mi teología personal en pro de un entendimiento incompleto pero posible. Sin embargo, esto me hace plantearme constantemente si estoy tergiversando la verdad sobre qué soy, quién soy y en qué creo.

El lenguaje es mi aliado y también es mi enemigo. Porque es flexible, adaptable, y depende de todos de tal manera, que es incontrolable. Y la manía de controlarlo al detalle tal vez no sea tan buena idea.




9 de diciembre de 2013

Máscara

Desde siempre me han gustado las máscaras. Forman parte de ese conjunto de cosas fascinantes que tienen su propio tipo de magia.

Una máscara es una persona. Lo que uno enseña de uno mismo. Y al mismo tiempo es algo que no es, que no existe. Un fantasma y una proyección.

Cuando era pequeña, una actividad recurrente en el aula de plástica era la creación de máscaras vivas. Nos poníamos en parejas, y el compañero iba creando la máscara de yeso de tu rostro con venda de yeso. Poníamos una tira sobre otra de yeso, encima del rostro del compañero. Y al final teníamos una máscara de nuestras caras para pintar. La máscara de nuestra persona se va creando del mismo modo, tira a tira y capa a capa. Se construye con nuestros deseos y con las expectativas de los demás. Y es que las máscaras no sólo te las pones tú, si no que también te las impone tu entorno.

Construimos nuestra máscara cada vez que modulamos conscientemente lo que decimos y pensamos. Cada vez que queremos parecer más accesibles, más simpáticos, más distantes, más inteligentes, más espirituales... Cada vez que detectamos que alguien nos quiere más soeces o más refinados, más leídos, más activos... y nosotros nos plegamos a esa voluntad.

Y cada vez que construimos máscara, nos escondemos más a nosotros mismos. Olvidamos un poquito quienes somos, nos alienamos.

Somos personas integras más allá de esa persona proyectada. Más allá de la máscara, tenemos personalidad y valor. Conocerse a uno mismo, tal y como aconsejaba la inscripción del Oráculo de Delfos, pasa en gran parte por conocer cómo y con qué hemos construido nuestras máscaras. Cuando y cómo las usamos. Y cuando no debemos usarlas.

Cuando nos dirigimos a lo divino lo que creemos de nosotros mismos, lo que queremos que los demás crean o lo que el mundo espera carece de importancia. Cuando nos dirigimos a lo divino, lo importante es el centro, la parte desnuda y real de nosotros mismos. Lo que hay detrás de toda máscara.  Esa es, creo, una de las razones profundas y no normalmente explicadas de la desnudez ritual de algunas tradiciones.

Y aún así la máscara tiene una magia más. Es una herramienta de anulación de la personalidad. Si lo que vamos a hacer es ser vehículos de otros, nuestra personalidad carece de importancia. Y usar máscaras puede facilitar el proceso de anulación/asimilación de aquel con el que queremos conectar. Así, nos vestimos con el fantasma de otro para dejar de ser nosotros mismos. Rebajamos la exigencia de nuestra autorresponsabilidad, tal vez. Y jugamos al escondite con nosotros mismos.

Yo intento conocer mi máscara. Está hecha de muchas máscaras y en algunas partes ha sido rota y vuelta a pegar. ¿Cómo veis vosotros las vuestras?

6 de diciembre de 2013

Pájaros en mi chimenea



En ocasiones pienso que toda casa de bruja debería tener una chimenea. En parte por eso yo tengo una.
Es una cosa realmente útil y me ha enseñado mucho. Nunca se sabe qué te puedes encontrar en ella, cómo te da lecciones sobre física elemental, y sobre elementales físicos....

Lo malo de la chimenea, según como es mi vida, es que no la utilizo mucho. Incluso ahora en invierno está en desuso, lo cual no deja de ser un poquito triste. Esta mañana estaba en silencio, delante de la chimenea pensando sobre ésto, en términos de servicio. ¿Para qué sirve una chimenea que no se utiliza? Un hogar sin fuego, ¿qué dice de mi casa en tanto hogar? Y como a mi mente se le da extraordinariamente bien divagar, la pregunta se hizo extensiva inmediatamente a mi misma y al camino. ¿Qué sentido y qué valor tiene una bruja que no practica magia de forma regular? ¿Puede llamarse bruja? ¿Qué valor aporta alguien que no puede aportar una especialidad? ¿Y si la especialidad de alguien es tal que comunicarla es extraordinariamente arduo?

Cuando estaba en esas, escuche un sonido extraño que reverberaba en la chimenea y me obligó a salir de mi mundo cerrado para escuchar. El sonido no era otra cosa que le conversación de unos pájaros que habían aprovechado que mi chimenea es una de las pocas de la zona que se mantiene fría para posarse y ponerse al día. Saber eso me ha alegrado el corazón.

Igual que mi chimenea cuando no sirve para tener la llama de mi hogar, sirve para otras muchas y maravillosas cosas, las personas también servimos. Aunque seamos extrañas o nos sintamos ignoradas. Aunque nos miremos y no veamos nada extraordinario en nosotros. Aunque pensemos que aquellos en los que el camino nos ha convertido son gente que no calienta su entorno. Servimos, y mucho. Y eso es un gran valor.

Tiempos de silencio


En todos los caminos hay tiempos de silencio. Son recovecos donde un tocón, una piedra o un árbol nos invitan a descansar.

Curiosamente, aquellos que seguimos ruedas, mareas y otras métaforas o imágenes de una ciclicidad más real de lo que nos gustaría, sabemos que hemos pasado por uno de esos "tiempos de silencio". El principio de la noche, la vigilia expectante. Y ahora, cerca del solsticio, empieza a sonar el ruido de los primeros despertares, los que prometen la llegada del nuevo día.

Por unas razones o por otras, todos pasamos estos tiempos de silencio, coincidan o no con las estaciones, de alguna de las siguientes maneras:

a) Atendiendo nuestro propio dolor de pies. Es decir, el tiempo de silencio se convierte en un tiempo de curación externo. Simplemente la respuesta a una necesidad que es más física que anímica y a la que todos tendríamos que responder de vez en cuando so pena de rompernos un poco más adelante.

b) Tomando aliento. A veces, es necesario descansar, aunque no estemos heridos. Recuperar sales, agua, energía... y desconectar un poco. Porque los caminos a veces están llenos de espinos, bordeados de los despojos de otros, o invadidos por olores ajenos.

c) Imitando a Heimdall, es decir, oyendo crecer la hierba. Esta es una forma muy productiva y por otro lado muy poco dada a comunicar. Es el momento de reencontrar verdades, redescubrir lo nímio y colocar todo a un nuevo nivel. Y quien dice oir crecer la hierba, dice, ver el movimiento de las moléculas, o escuchar los sonidos ocultos en la hojarasca.

d) Haciendo el Pocahontas. Osease, cantando colores en el viento descubrir. Porque a veces todos tenemos que congratularnos y sentirnos con un pequeño subidón. Eso también es parte del camino.

Yo llevo atascada en el tiempo de silencio ya unas cuantas estaciones. Lo cierto es que creo que ha llegado la hora de volver a levantarme, pero mayormente, el tiempo de silencio me encanta. Da mucho más de sí que el tiempo que se pasa hacia afuera, aunque este sea siempre necesario. El tiempo de silencio es el tiempo de descanso de la semilla que debe germinar, el tiempo de gestación. Y sólo por eso debemos respetarlo y amarlo.

5 de diciembre de 2013

Caminar a pie torcido

El camino de cada uno es único. Mayormente es largo, y nunca es fácil. Las personas caminamos por las veredas de la vida pensando en cada momento que nuestro camino está lleno de piedras y que el de los demás en una preciosa avenida ajardinada. Pero al final, todos caminamos senderos tortuosos. Y además, nos gusta. Porque si no fueran tortuosos, no tendrían nada de interesantes.

Como los senderos son tortuosos, caemos a cada paso. A veces nos quedamos sentados un rato, a veces ni siquiera llegamos a tocar el suelo... Pero al final, siempre caminamos a pie torcido por una vida que te deja huella, que te duele, pero que sobre todo merece la pena.