13 de diciembre de 2013

Aprendiendo brujería

Estoy viendo la película "La bruja novata" (Bedknobs and broomsticks). Supongo que todo el mundo la ha visto al menos una vez en la vida, porque es una producción Disney de los años 70, con todos los ingredientes que se le suponen a este tipo de producciones: mezcla de animación e imagen real, números musicales y cortinillas psicodélicas. Y por que la pasan por televisión con relativa frecuencia.

Por si acaso alguien no la ha visto, el argumento es el que sigue: "La señora Eglantine Price trabaja para un museo que está acogiendo a niños y niñas para protegerlos de los bombardeos de 1940. Es por ello que se trasladarán a su casa tres hermanos huérfanos. Lo que ellos no imaginan es que la señora Price es, en realidad, una bruja. . Cuando la academia de magia a la que asistió Price debe cerrar debido a la guerra, la bruja y los hermanos Rawlins, junto al director de la academ ia, el señor Emilius Browne, deciden utilizar la magia para finalizar con la contienda. Desde Portobello roadhasta la isla ficticia de Naboombu, el grupo vivirá todo tipo de aventuras, incluido un partido de fútbol cuyos jugadores son dibujos animados. Todo ello para derrotar a los nazis y traer consigo la paz."

Bien, la protagonista femenina (adulta) de la cinta es una mujer que está aprendiendo brujería comodamente en casa con un curso por correspondencia. Con cada lección le vienen algunos conjuros y otros elementos clásicos de toda bruja, como el higado de dragón envenenado o la escoba. Mis dudas si al gato negro también se lo mandaron o lo consiguió ella por su cuenta.

¿Os imagináis que aprender brujería y paganismo fuese así de sencillo? Yo sería seguro esta mujer:

"Mi primera escoba de bruja".  Regalo de fin de curso para celebrar el título de aprendiz de bruja

Lamentablemente, nada en esta vida es tan sencillo. La brujería, el paganismo, son procesos mucho más que algo que podamos memorizar. No pueden ser enseñados en lecciones por correspondencia. Para empezar, nunca se termina de aprender. Así que el curso sería eterno.

En muchas tradiciones brujeriles, como en muchas tradiciones Wicca, existe un entrenamiento. En algunas hay lecciones que aprender y se rinden exámenes incluso. Pero se trata de una forma de exigir algo básico que es imposible de conseguir en un "cursillo por correspondencia": compromiso. Y en todas ellas se destaca siempre que estos caminos son vivenciales. No se aprenden tanto como se aprehenden. Y al final el objetivo del entrenamiento es que uno sea completo, independiente y capaz.

Lo verdaderamente triste es que en realidad mucha gente espera ese cursillo por correspondencia. Ese gurú que le de la lección y un título después...  Y forma parte del aprendizaje el saber que eso jamás ocurrirá realmente. O, si ocurre, que no será genuino.

Así que, a los brujos novatos o no tan novatos: olvidemonos de lo fácil, y trabajemos duramente. Habrá que despedirse de "mecerse así, moverme yo, en el fondo misterioso del mar feliz".



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