4 de junio de 2014

Sagrado




Aquellas personas consideradas religiosas, o al menos aquellas que deberían serlo, están en la perpetua búsqueda de lo sagrado.
¿Qué es lo sagrado? ¿Qué hace a lo sagrado algo sagrado? ¿Es la cualidad de sagrado algo objetivo?

Sagrado y profano es una dicotomía básica, como frío y calor, noche y día. Todo lo que no es sagrado es profano, es decir, es común. Lo sagrado es pues lo especial y lo específico. Sagrado es todo aquello a través de lo cual el ser humano toma consciencia de lo divino, indistintamente de cómo se entienda lo divino.

Al final, sagrado es una hierofanía en si misma (la expresión de lo divino en el mundo). Como tal, cualquier cosa puede ser susceptible de ser sagrado. Lugares, direcciones, tiempos... todos ellos pueden ser susceptibles de ser sagrados.

Hemos heredado muchas cosas sagradas. Piedras, árboles, manantiales... Todo ello expresión de lo divino para un grupo de personas en un momento. Podemos aceptar esa sacralidad o podemos rechazarla. Podemos respetar el sentimiento sagrado de otro o no hacerlo. Porque lo sagrado es sagrado para quien observa y acepta la hierofanía.
Los atentados contra lugares sagrados, desde iglesias y cementerios hasta piedras rúnicas y megalitos, son la muestra de la capacidad humana para generar lo sagrado y lo profano. Profanar sagrado no es un acto malvado si no solamente impío (es decir, que va en contra de lo divino que es representado por lo que se profana).

Pues, qué aceptamos y qué respetamos como sagrado es al final una elección personal que debería hacerse de la mano de la experiencia y del respeto.


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