3 de octubre de 2014

Mirando al cielo

Total lunar eclipse por Donovan Conway


Yo miro al cielo, a ratos. Lo miro sin lupa ni lente. Lo miro como lo habría hecho cualquiera de mis antepasados. Como ellos, lo que veo en el cielo un día despejado es, primero, el sol y la luna. Después, las estrellas. Tanto las fijas como las errantes. Sobre todo las errantes: cambiantes y hermosas joyas maestras.

El mio es un pueblo que no honra en demasía a las estrellas. Mi pueblo es más de la tierra que de los cielos. Con pocas excepciones, no nos hemos destacado nunca en las cosas que no producen. Las miramos, les dimos nombres. Pero no las vimos como influencia sobre nosotros. Por eso, no hay una astrología para mi.

El estudio de las estrellas es algo que viene de antiguo, y que se ha visto modificado por el paso de los años. Nació como muchas cosas populares hoy en día en el extremo oriental de la mediterranea y se desarrolló en las culturas más avanzadas de sus respectivos tiempos, tomando rasgos de filosofía y religión. Sólo por eso es una materia de estudio curiosa e interesante. Esta impregnada del pensamiento simbólico de muchas culturas y muchas épocas. Pero sencillamente no es para mi.

Mis antepasados eran gentes sencillas, y yo también procuro serlo. Además, soy una persona que cree en aquello que ve.
Por eso celebro lo que veo cuando miro al cielo.
Un eclipse que no puedo ver, es un eclipse que no existe. Un planeta que no veo es uno que no me ve a mí.


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