Una breve nota personal.
A todos nos tocan momentos altos y bajos en la vida. A veces, más de las que creemos, vivimos pruebas. En algunas ocasiones son duras pruebas que según creo nos preparan para momentos de felicidad venideros. Pero mientras tanto, son tragedias.
Cuando encontréis a alguien que está pasando por una tragedia, sentiréis compasión. Probablemente, esa persona se merece vuestra compasión. Pero antes de lanzaros a ello, preguntaros si esa persona necesita vuestra compasión.
Porque la compasión puede llegar a ser un veneno para los demás. Un veneno para nosotros mismos. Como un medicamento, puede ayudar o puede matar. Así que pensad en la diferencia entre dejar claro que os importa, y llenar la vida de otro de compasión bienintencionada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario